Saludos cierzeros a todos. Para comenzar queremos agradeceros vuestras visitas y vuestros comentarios, en este blog, como también los que hemos recibido personalmente. Todas estas muestras, son para nosotros un honor y sobre todo una gran motivación para seguir desarrollando este blog.
Para entrar en materia, queremos comentaros que aparte de las rutas, también vamos a ir incorporando, en la pestaña "LUGARES", reseñas sobre los lugares que visitamos, los pueblos que conocemos y recorremos para complementar las rutas y generar un archivo propio que pueda ser de
utilidad tanto para nosotros como para vosotros. Podríamos hacer un corta y pega de wikipedia o de cualquier archivo de internet que haga referencia a todos estos emplazamientos, pero nuestro espíritu es hacer algo más personal, intentando también ser lo más veraces posible pero siempre con un marcado carácter personal y único.
Hoy toca hablar de Ainzón, ¿el porqué?, pues porque por algo teníamos que empezar, y bueno es una de las dos “patrias chicas” que tenemos, la otra es Huesca, que en breve también haremos una reseña sobre ella.
La villa de Ainzón, para los que no tienen el placer de conocerla, está situada en la comarca del Campo de Borja, a unos 60km de la capital aragonesa, una zona presidida por el Moncayo que se alza hacia el occidente, con sus 2313m de altura. Desde el municipio de Ainzón, estés donde estés, se divisa esa gran mole pétrea, que en invierno se arropa con un manto blanco, nos enfría con el cierzo que se desliza por su ladera y nos permite vivir y regar la vega de los ríos que nacen en sus entrañas en la época estival.
Ríos como el Huecha, “La Huecha” para sus moradores, riegan estas vegas y dan el toque de verdor con sus bosques de riera, antaño más extensos, en una zona donde las precipitaciones no son muy copiosas. Pero no solo esta “La Huecha” regando Ainzón. Hay otro curso de agua, el Luchán, que como el Guadiana atraviesa la localidad por debajo de algunas de sus casas y calles. Y la acequia de Bargas, que también contribuye con sus aguas a la horticultura local. Son tan importantes estos cursos de agua, que sin dudarlo, se muestran en la bandera de la localidad, la cual se compone de dos franjas azules,representando sus ríos, sobre fondo blanco y presidido por el escudo de la localidad, compuesto por tres estrellas de oro de 8 puntas sobre un fondo azul , con corona real cerrada, y con la cinta donde se enmarcan estas palabras “LA MUY LEAL MUY NOBLE Y FIDELISIMA VILLA DE AINZÓN”, palabras con las que mostro su agradecimiento el Duque de Anjou, que paso a la historia de España como Felipe V, el primer rey de la dinastía borbónica en España, y es que los ainzoneros de esa ,época fueron partidarios de su causa ayudándole en la defensa de la vecina Borja de las tropas del Archiduque de Austria.
Aparte de este episodio histórico, que digamos, fue el que genero el actual escudo de la villa. Ainzón, aparece por primera vez en las fuentes escritas durante el reinado de Alfonso I el Batallador, que en 1121, la incorporó al Reino de Aragón. Anteriormente, Ainzón, formaba parte de la Taifa musulmana de Sarakusta (Zaragoza), de esta época todavía quedan restos de un torreón islámico en la parte más alta de la villa, torreón que posteriormente formó parte del Palacio de los Abades del Monasterio de Veruela, señores de Ainzón durante un periodo de tiempo pero no los únicos, ya que hay referencias del año 1360, en las que el primer señor de Ainzón fue el conde Don Lope de Luna o en 1431 cuando el rey aragonés Alfonso V, le otorgo la villa a Rodrigo Díaz de Mendoza.
La parte más antigua de la villa, se enmarcaba en el perímetro que describían los cuatro arcos de acceso que tenía. Hoy en día, todavía quedan dos, el arco de San Andrés, contiguo al Ayuntamiento y el arco de San Antón contiguo a la plaza de Marcos Zapata, dramaturgo nacido en la localidad que dejo este mundo en 1913.
Recorriendo las calles de Ainzón, unas más estrechas que otras, podemos observar algunas de las casas señoriales. Por desgracia no todas se conservan en buen estado, algunas presentan deterioros propios del discurrir del tiempo y también por la fragilidad de los materiales con los que se construyeron, y es que esta zona no ha sido propicia a disponer de buena piedra, la mayoría de las construcciones se han hecho con ladrillo, adobes y sillarejo, que era de lo que se podía disponer del entorno, algo que no solo es exclusivo de Ainzón sino también de otros núcleos de la comarca y de zonas aledañas.
A destacar en cuanto a patrimonio esta la iglesia de Nuestra Señora de la Piedad de estilo barroco, entremezclada entre fábrica de sillar de piedra y sobre todo ladrillo, en el interior se encuentra el retablo de estilo barroco con columnas salomónicas propias del estilo en las que destaca la talla del Santo Cristo, del siglo XIII, muy venerado en la localidad, recientemente en una restauración se encontró la talla de una virgen que es de la misma época y que posiblemente formaría parte de un conjunto escultórico junto al Santo Cristo.
Aparte de la iglesia parroquial próxima a la villa esta la ermita de San Sebastián de planta rectangular, con arcos fajones apuntados y bóveda de arista en uno de sus tramos, por desgracia no se encuentra en muy buen estado, ya que no cumple las labores por las que fue edificada en la actualidad, cabe destacar que según el Centro de Estudios Borjanos, es la única construcción que queda en la zona hecha con tapial concertado (barro con verdugadas discontinuas de ladrillo).
Pero Ainzón es mucho más que sus iglesias y sus calles, es también una localidad que ha sido en épocas recientes, un núcleo con producción textil, hoy en desuso, que proporciono trabajo a sus habitantes en especial a las mujeres, que fueron, gracias a este hecho las promotoras de una guardería que hoy en día sigue dando servicio a los pequeños “ainzoneros”.
La residencia de ancianos y qué decir de la Escuela que sigue dando vida a esta localidad, en la que todavía matrimonios jóvenes deciden seguir viviendo, o iniciando nuevas actividades.
Pero si hay un producto que da fama a Ainzón, ese es su moscatel, si el “Moscatel de Ainzón” que se puede adquirir en muchos establecimientos de la geografía aragonesa, y es que la producción vitivinícola sigue siendo muy importante para esta localidad, con las importantes bodegas de la denominación de origen Campo de Borja, el Consejo Regulador de la Denominación que tiene su sede en esta localidad, o la cooperativa agrícola donde se elabora aparte de vino, vermut y moscatel, ah y el cava aragonés, si en esta localidad se elabora cava que poco a poco va ocupando su sitio en las celebraciones de muchos aragoneses y de hogares fuera de la región.
Y es que la campiña de Ainzón, tiene como protagonista indiscutible, la Garnacha, una variedad de uva autóctona, otrora denostada por su baja productividad, pero hoy en día en alza gracias a su buena proyección en los mercados internacionales, en especial EEUU, donde se aprecia y mucho el vino elaborado con esta uva.
Pero no todo son viñedos, los olivos también tienen su importancia, no es difícil ver campos de olivos a lo largo y ancho del término municipal, con los que se elabora aceite en varios molinos de la comarca, de alta calidad.
Los ainzoneros, siguen manteniendo sus tradiciones y sus fiestas y es que el calendario festivo de Ainzón tiene muchas citas a lo largo del año, en Enero se celebra San Antón y San Sebastián, que tienen como protagonistas las hogueras, que en la noche de San Antón calientan algunas calles de la localidad y son centro de reunión de las cuadrillas para merendar y protegerse de las inclemencias del cierzo.
La semana santa de Ainzón, sigue manteniendo viva las procesiones y las cofradías que acompañan en el vía crucis las tallas de la Virgen y del Santo Cristo, asimismo también se dan cita las cofradías de las vecinas localidades de Borja y Bulbuente, que recorren las calles de la localidad hasta encontrarse en la Plaza del Ayuntamiento con las cofradías de Ainzón.
En Mayo, se celebra San Isidro, que marca la Semana Cultural de la villa, organizando mercadillos, exposiciones, charlas y recitales de poesía.
Pero los momentos festivos cumbre de la localidad se dan en los veraniegos meses de Agosto y Septiembre, en Agosto se celebra las fiestas en honor a San Roque, que son el deleite de los vecinos y de los visitantes, con las peñas como protagonistas, donde se organizan multitud de actos, vaquillas, baile y comida popular en “La Huecha”.
En septiembre se celebra la novena del Santo Cristo y los dos últimos días de la novena coinciden con el inicio de las fiestas en las que los actos populares y folclóricos son protagonistas. Los rosarios con la gente vestida con traje regional o el baile de los danzantes de Ainzón que antes de comenzar dicen en su pregón: ”… Ainzón es un pueblo hermoso, con ambiente y alegría, donde el forastero es acogido con simpatía, forasteros y del pueblo todos en una familia, vamos a pasar las fiestas con buen humor y alegría“.
De esta villa han salido personajes ilustres, de diferentes ámbitos, desde el dramaturgo Marcos Zapata, que alcanzo mucho éxito en el siglo XIX, con sus dramas históricos, en especial la “Capilla de Lanuza”, su obra maestra. Alfredo Mañas, cineasta y guionista, hasta los hermanos Arcega, en lo deportivo.
Sin duda, Ainzón, merece una visita, en especial porque sus habitantes, muestran una buena acogida y hospitalidad al visitante, es difícil irse de aquí sin haber disfrutado de la alegría, las ganas de vivir y el dinamismo que muestran los ainzoneros en todo lo que se proponen. Ah y por supuesto imbuirse en la cultura del vino tal y como la vivían nuestros abuelos, que todavía perdura en la multitud de bodegas excavadas en la localidad que son un orgullo para sus propietarios.
Es muy probable que algunos, sobre todo ainzoneros, echen en falta más datos. Seguro que es así, simplemente hemos querido dar una pincelada de esta magnífica villa, por ello, animamos a todos los que no la conocen a visitarla y a descubrirla, no os arrepentiréis.
Que el Cierzo os lleve por el buen camino igual que lo hace con nosotros.
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